Nuestro trabajo se inició, en un primer momento, con la intención de pintar las puertas del cuarto de baño, pero nos suponía un problema pintar y colocar las imágenes terroríficas que teníamos pensadas, y además, en tamaño real; por eso iniciamos después algo mucho más simple, un trabajo donde más de uno pudiera caer en la trampa y no se notara a simple vista que era un engaño.
Descargando imágenes de monedas a su tamaño natural por ambas caras, las pegamos y las colocamos por las escaleras, bancos y ventanas de la escuela, lugares donde serian fáciles de ver y, aun así, pudieran engañar a simple vista.
Al mirar al día siguiente si alguien había intentado coger nuestras monedas falsas, que habíamos plastificado para que brillaran y parecieran más reales, nos dimos cuenta de que algunas habían sido movidas de sitio, con lo que alguien realmente creyó que eran verdaderas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario